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miércoles, 16 de febrero de 2011

Instrucciones para salvar el odio eternamente..

La mayor parte de las canciones de amor están llenas de mentiras.. no todas..
Yo trato de ser honesta pero por lo general se suele decir lo que él quiere escuchar.. para seducirlo o yo que se.. claro que él no siempre está por la labor de creerselas..
Pero quién no ha mentido alguna vez, verdad?
Muchas despedidas están llenas de promesas vanas, quien no haya mentido... quien este libre de culpa que tire la primera piedra.
Las despedidas tienen un protocolo que hace necesario mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone que el amor se acabe.
Sabes que es lo peor del amor cuando se acaba? Que se acaba..
Si él se va.. cultivemos el odio, declaremos la guerra porque.. nose, quizás nos sintamos mejor.. aunque yo creo que no, yo creo que como todas las canciones de amor éstas lineas también están llenas de mentiras y cuando decimos "si él se va" lo que queremos decir es que.. "si te vas que no sea muy lejos ni por mucho tiempo".

3 comentarios:

ariamsita dijo...

Muchas verdades en esta entrada...vivimos entre mentiras que intentamos creernos

M* dijo...

Preciosa introducción de Ismael, como todas...:)) Si no lo has visto en concierto, te lo recomiendo, gana mucho, muchísimo! (Está en Madrid en Abril).
Yo últimamente creo q el odio ayuda a olvidar y q si él se va nada te va a hacer sentir mejor, sobre todo si sabes, como yo, q se acabó.
Te leo desde hace tiempo, me siento identificada con algunos de tus posts..:))Un blog muy chulo! Un besiño grande!

Anónimo dijo...

Quizás este texto te de un interesante punto de vista, tal y como me lo dió a mi frente a otra pérdida de diferente tipo

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Saber pasar la página, de Paulo Coelho.


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si
insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o
cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo
importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que
se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en
esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes
pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués,
en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o
cual hecho. El desgaste ya será infinito, porque en la vida, tú,
yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos
encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja,
a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir
adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo,
hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes
tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos
con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y
hay que dejarlos ir!

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar
presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y
vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de
superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las
cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que
dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que
tenemos en el presente...

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no
esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta
de quién eres tú... Suelta el resentimiento. El prender "tu
televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que
consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida
dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte
ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no
clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de
aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo
invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no,
déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no
vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no
encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en
esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el
mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por
lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a
la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al
que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto,
nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo
que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un
lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú
viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es
costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a
vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele
dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede
lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo
es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura,
limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que
sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para
adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!